miércoles, 20 de febrero de 2013

Lo que la música no consigue hacerme olvidar.

Llevo dos horas intentando concentrarme y despejar la cabeza, pero no puedo. Tengo una idea que me ronda la mente constantemente y no me deja ver más allá.
No sé cómo empezó todo esto. Supongo que fueron unas risas, al principio tímidas por la falta de confianza. Tal vez hubo algún golpecillo amistoso entre nosotros. La verdad es que no recuerdo cual fue el principio, pero sí tengo claro cuando llegó el final.
Los meses que vives pendiente de esa persona pasan volando. Solo esperas que llegue ese día de la semana cuando le vuelves a ver, cuando vuelve a mirarte a los ojos, a decir tonterías solo para que te rías, a que se coloque a tu lado sin tocarte pero lo suficientemente cerca como para que puedas sentir que está ahí. Ahora, mientras lo pienso, un escalofrío recorre todo mi cuerpo.
Igual tú no te recuerdas, pero yo puedo pensar en todos los momentos que pasamos así, sin que nos importara nada de lo que teníamos alrededor. Tal vez ya no piensas en mí, tal vez nunca pensaste en mí, tal vez yo solo era una distracción. Me da igual lo que fuera, lo que pensaras de mí, lo que pienses ahora o lo que sientes cuando nos cruzamos por la calle. Yo tengo claro que ahora soy más fuerte y que el amor llega, tal vez no hoy ni mañana, tal vez tarde años, pero llega.


Cuando dependes así de una persona que apenas conoces lo único que quieres es que él sienta lo mismo. Pero te engañas. Sabes que te has enamorado de la persona equivocada, que no hay nada que lo una a ti, que en cuanto conozca a otra, tú ya estarás olvidada.
Quiero decirte que mi corazón siempre tendrá un pequeño hueco vacío, incapaz de encontrar dueño porque le pertenece a alguien que jamás supo cuidar de él.