Reinventando los motivos.

Quiéreme por lo que soy, no por lo que esperas que sea. Por mis lágrimas y no por las sonrisas. Por las noches oscuras y en los días lluviosos. Con mi pelo rizado y no con un liso de planchas. Por lo que hago y no por lo que dejo de hacer. Por mis miedos e inseguridades. Por mis defectos y mis fallos. Por mis días malos y mis caras de pocos amigos. Por los malos momentos que pasaré y por todo mi pasado. Porque todo lo que soy es lo que ahora ves.
Si me quieres con todas mis cosas malas, cuando lleguen las buenas, serán el doble de buenas. Si te quedas hoy, tal vez mañana sea un día malo, pero si te quedas toda una vida, las sonrisas ganarán a las lágrimas, el sol a la lluvia, y los besos a la soledad. Podré subir cualquier cima y atravesar cualquier bosque.
Si te quedas, el futuro será nuestro.

Esta va a ser mi última entrada este año. Os deseo un feliz 2013, que ojalá, sea tan afortunado como el año que acaba. En este año he cumplido gran parte de mis sueños y por eso no creo que el nuevo año pueda superar al viejo.
Ojalá que vosotros también podáis cumplir vuestros sueños.

Papel, para que todo vuelva a suceder.

Que no hay monstruos en el tejado ni brujas en mi armario, que los reyes magos no me espían y que no hay ningún pajarito que le chive las cosas a mi madre. He aprendido que hay canciones que enamoran, a querer por encima de mis posibilidades, a hacerme ilusiones y después chocarme contra una pared. He aprendido que hay personas con las que pasaría una vida entera y otras que no merecen ser llamadas personas. He creído en la magia y en la luz de neón. Sé que los días no son tan cortos como parecen y que las noches pueden ser interminables. Que las lágrimas no siempre son de tristeza y que los susurros son los gritos más perfectos. Que los malos momentos se olvidan y los buenos perduran. Que mi felicidad depende de la de otros. Que los "para siempre" terminan y los "nunca" no son eternos. Que la vida es mejor con palabras de suerte y que no hay que ver solo el final de las calles viejas porque los principios suelen estar donde tú los dejas. He aprendido que si deseas mucho algo, la vida te lo regala. Que la vergüenza nos roba oportunidades, pero unas palabras a tiempo pueden cambiar la historia. Sé qué se siente cuando pierdes a alguien y, a veces, llorar no es suficiente. He aprendido que la tinta se borra, pero los compromisos sobreviven en el tiempo. Que las paredes de mi habitación están cubiertas con sus palabras y que su voz retumba en mi cabeza a todas horas. Créeme, que si me cortan las alas voy a volar más alto y si me quitan el cielo, pintaré otro. Que hay frases que marcan mi vida y momentos con los que sueño todas las noches.

No temas ir despacio, teme no avanzar.

Recordar un día de estos nuestros pies saliendo del tiesto.

Mi madre dice que estoy sacando los pies del tiesto y yo creo que no es verdad, simplemente estoy aprendiendo a decidir por mi misma, y esto es bueno ¿no?

A todos nos dicen eso de que la música no va a darnos de comer y que no lloremos por nuestro ídolo porque él ni siquiera nos conoce. Es cierto, la música no va a darnos de comer, pero va a alimentar nuestros sueños, y nuestro ídolo no nos conoce, pero ha visto nuestra sonrisa, ha visto mi sonrisa, mis ojos, mis cartas, mi felicidad.
También nos dicen que la vida no es lo que parece ni los amigos están siempre que los necesitas. Claro que la vida no es igual para todos, todo depende del color en el que quieras vivir y soñar, y los amigos, los de verdad, los que cuentas con los dedos de una mano, esos sí que están cuando los necesitas.
Mi madre cree que estoy en esa edad de hacer tonterías y malgastar mi tiempo. Mi madre se equivoca. Estoy en la edad de crecer, de equivocarme y salir sola de mi error, de reírme hasta quedarme sin aire, de llorar porque me apetece, de cantar mi canción favorita lo más alto que pueda, de defender mis ideas, de cambiar de opinión y volver a cambiar ocho veces más, de ser yo misma, como siempre debería ser.

No puedo hablar de futuro, pero puedo decir que mi presente es como yo quiero que sea.

Por si acaso no recuerdas mis abrazos yo te dejo mi canción.

No creo que mañana se acabe el mundo, pero si es así,  no quiero sentirme culpable por no haber dicho todas las cosas que quería. No puedo expresar todos mis sentimientos ni pensar en todos mis recuerdos, pero puedo dar gracias por todo lo que he vivido.

Me gustaría empezar diciendo que no he hecho ni la mitad de todo lo que querría, pero conservo algunos momentos importantes que hacen que las cosas vividas sean inmensas. Hay fechas que jamás podré olvidar, tanto buenas como malas, no son solo números, son la prueba de que ese día existió y que yo estuve allí viviendo.
Me he tropezado con la misma piedra por no saber quitarla de mi camino. Me he levantado después de caer, pero muchas veces sin fuerzas. He llorado muchas noches sobre mi almohada, pero he de decir que no todas han sido de tristeza. He reído, gritado y cantado lo más alto que he podido. He hecho montones de tonterías y no todas sola. He aprendido que las pequeñas cosas y que algunas miradas nos hacen grandes. He mirado a los ojos a mi ídolo, le he sonreído y le he abrazado. He vivido lo que es la primera fila de un concierto, y la verdad es que es otro mundo. He dividido mi alma en trocitos y uno de ellos está en Madrid, escondido en una de las mejores personas que he conocido. Soy tortuga y estoy orgullosa de serlo. He leído muchas historias pero no son ni la mitad de las que quiero leer. La música es una de las partes más grandes de la vida. Un grupo, una canción, un concierto, una sonrisa. He aprendido a querer a gente que ahora es importante en mi vida y a decir adiós a aquellos que no merecían un lugar. He cumplido parte de mis sueños, he aprendido que la distancias es solo una condición, no un sentimiento, que el tiempo te hace alejarte un poquito más de los momentos felices, pero nadie te impide recordarlos. Las miradas que duran segundos, los abrazos que parecen horas, las lágrimas de alegría, las sonrisas y los mejores recuerdos no me los quita nadie, son parte de mi historia. He callado algún 'te quiero' por no ser capaz de reconocerlo y ahora me arrepiento de haber perdido oportunidades. He aprendido que si no arriesgas no ganas, pero muchas veces preferimos vivir en lo seguro y esperar al siguiente tren. He pedido un deseo al soplar 16 velas y lo he cumplido 9 días después. He escrito cartas que nunca llegué a mandar. He sido culpable en mil cosas e inocente en bastantes menos. He abierto los ojos, buscado los matices, encontrado el secreto de las tortugas, he aprendido lo que la lluvia nos enseña, he escondido los diciembres, he creído en los imposibles y en el dos en uno y uno en dos. He aprendido qué hacer cuando tengo problemas, subir la música. Me he tumbado en el suelo, he cerrado los ojos y me he imaginado cumpliendo el más grande de todos mis sueños.

Por si acaso se acaba el mundo, quiero decir hoy que soy feliz, que mañana moriría feliz.

Improvisemos un guión definitivo que no tengamos más remedio que olvidar.

La vida pasa, no tiene exacta medida, cada vez más deprisa, las ideas vuelan, los golpes dejan huella, los sueños se olvidan, el deseo vive, las lágrimas se secan, las sonrisas enamoran, los zapatos se desgastan, los caminos son pisados, los ríos se cruzan.

He estado esperándote todos y cada uno de los días de mi vida, y he muerto cada vez que pensaba que aparecerías. Pero me equivocaba, no vas a aparecer ¿verdad? Da igual, ya sé lo que puedo esperar.

Por lo que tu me das, con lo que yo te he dado.

Demasiada gente sigue con los ojos cerrados. Este es un buen momento para abrirlos y darnos cuenta de todo lo que nos rodea. No son solo cosas malas, es más, deberíamos dar más importancia a las buenas, a los momentos de felicidad, a las sonrisas inesperadas y a todas las personas que hacen que nuestra vida sea un poquito más fácil.
Quiero hablar sobre algo que acaba de pasarme. Han sido dos segundos, tal vez tres, en los que he sido la persona más feliz del mundo. Y de eso estoy segura, he sido la persona más feliz del planeta en el momento en el que mi ídolo decía mi nombre. Después he tardado en darme cuenta de lo que había pasado y lo primero que he hecho ha sido llorar. Llorar de alegría es una de las mejores sensaciones que he tenido y espero que vuelva a repetirse.
Esta noche cuando cierre los ojos, tendré claro lo que quiero ver.
Esta noche cuando cierre los ojos, sabré que otro sueño se ha cumplido.

Todo está perfecto.

No nos falta nada, ni siquiera luz, ni siquiera tiempo, ni siempres, ni mañanas. Vamos ganando batallas perdidas, con solo un sueño dos manos cogidas. 

Y ni siquiera se por qué me hiere aunque no estés. Los ojos nunca engañan, no lo puedes esconder. 

No se escucha ni se ve, viene en silencio. Tus manos son la calma que me abrigará al caer .

Y te dejarás perder. Te lleva donde estés. Estrellas en el agua nada pueden esconder. Y me sentirás volver, lo haré en silencio, mis manos en tu espalda mientras duermas dormiré.

Un último verso elegido: yo quiero estar siempre contigo.

I wrote a song for you and all the things you do, and it was called "Yellow".

Te escribí una canción, pero no puedo recordarla. Te saqué una foto y la quemé en una hoguera de playa. Escribí tu nombre por las paredes y lo borré con pintura blanca. Pedí un deseo y se cumplió. Apareciste y te fuiste dejando un gran vacío. Te he llorado, pero ahora sonrío. Escucho música, me acuerdo de ti y subo el volumen. Ya no pienso en ti, simplemente pretendo olvidarte, pero sé que me engaño. Recuerdo tus palabras, tus silencios. Quiero olvidarme del primer día que nos vimos, la primera conversación, la primera sonrisa y la primera despedida. 

¿Pero por qué escribo esto? 

No lo sé.

¿Para qué pensar en él si ya no te recuerda?

Sencillo, para no olvidarme de los errores. Fue él el que dejó de hablar, pero yo era la tonta que seguía escuchando.

Estas palabras son para ti, son solo tuyas.

Hoy voy a ser clara. Voy a recordarte una vez más que la distancia me da lo mismo. Voy a volver a pensar en ti y voy a verte bien, como siempre deberías estar. Voy a visualizarte conmigo, en nuestro último abrazo, en una parada de autobús, rodeadas de gente que no veía nuestras lágrimas, con los dedos entrelazados porque no querían separarse, con la felicidad de volver a verte y la tristeza de dejarte marchar.

Voy a dejar escrito que te quiero mucho más de lo que pensaba. Nunca creí que fuésemos a llegar a esto, a llamarnos para no decir nada, simplemente para oír nuestros silencios. Y todas las locuras que hemos hecho tu y yo juntas, todas las sonrisas, los abrazos, las palabras tontas, las risas, las lágrimas, los gritos, las llamadas, nuestros pensamientos, los momentos en los que no quería mirar hacía adelante pero tú me hacías darme cuenta de que lo mejor estaba por llegar, de que todavía no había dado lo mejor de mi, los mensajes a las tantas de la mañana hablando de nuestros sueños, las fotos que nunca tuvimos, nuestras lista infinitas, mis dibujos en tus manos y todas las cosas que ahora no puedo escribir, hacen que haberte conocido sea especial. Por todas estas cosas te quiero dar las gracias y decirte, como ya le dije a un amor imposible, mira las estrellas porque están brillando para ti. 

Tu mirada sigue aquí.

Tengo 16 años y mi objetivo es encontrar la felicidad. Es verdad que es difícil encontrarla, pero yo todavía creo que es posible. También sé que no se vende tan barata como el odio o el rencor y esas mentiras que matan, pero cualquier momento feliz es más fuerte que uno triste.
Alguien dijo que los imposibles también existen, y ahora esa frase es una de las más importantes de mi vida.
Creo en los deseos, en el destino y en el amor. Los deseos terminan por cumplirse. El destino está escrito y acaba por devolverte las oportunidades que te quita. Y el amor... el amor ya llegará.
He vivido momentos felices y tristes, pero me quedo con los felices. Voy a vivir, así que prefiero hacerlo con una sonrisa.