sábado, 21 de septiembre de 2013

Señor Siempre.

Hace justo un año estaba camino de Oviedo para el que ahora es el último concierto de Maldita Nerea que he vivido.
Sé que al escribir esto no voy a revivir los escalofríos que sentí aquel día en la segunda fila, ni voy a encontrar la carta que le escribí a Jorge en mi bolsillo, pero sirve para que no me olvide de lo feliz que estaba aquel 21 de septiembre.
Los 6 estuvieron geniales en el escenario. No recuerdo todas las canciones, ni el orden en el que las tocaron, pero fue increíble, como cualquier concierto suyo. Cuando estoy ahí, rodeada de un montón de gente, cantando tan alto como puedo, me siento como en una nube. Yo lo llamo magia.


Y bueno, después del concierto esperé en la parte de atrás del escenario, entre pisotones y codazos, pero mereció la pena. Fueron unos de los mejores minutos que he vivido, sin duda.


Y gracias Jorge por ese día y por todo lo demás.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Y al final otra vez septiembre, otra vez verano y pico.

Hace tres meses me propuse que este fuera el verano de mi vida. Y ha sido uno de los más tranquilos que recuerdo.
Me habría encantado ir todos los días a la playa, bailar por las noches, robar algún que otro beso, hablar más y callar un poco menos. El verano se ha ido rápido, rapidísimo. Y yo no he hecho casi nada de lo que me había propuesto.
Pero bueno, he tenido momentos geniales en estos meses. He visto a personas muy importantes para mí, he leído un montón de libros (no tantos como me gustaría), he recuperado todo el sueño atrasado durante el curso y he disfrutado de mi familia y mis amigos. He ido a unos cuantos conciertos y en todos he saltado y gritado hasta dejarme la voz, y me he quedado sin ir a un par de ellos de los que tenía muchísimas ganas. 


No ha sido un verano extraordinario, ni exótico, ni romántico, pero ha sido un gran verano.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Hoy al soplar las velas voy a pedir un deseo...

Hoy es mi cumpleaños, son 17 años ya. Parece mentira porque todavía recuerdo cuando tenía 3 años y me dedicaba a regar el perejil de la huerta. La verdad que no me siento rozando la mayoría de edad, ¿quién va a creerse que voy a entrar a la universidad en un año?

Lo de cumplir años te hace pensar, recapacitar un poco y mirar hacia atrás. Y así encuentras momentos buenos y malos, encuentras a personas que fueron importantes y que siguen siéndolo.
Quiero dar las gracias a todos los que me han hecho seguir. A los que han confiado en mí. A los que me han hablado alguna vez. A los que me ayudan. A todos los que me quieren. A mis amigas, las de verdad. A todos los que se han ido pero que estuvieron conmigo alguna vez. A los que no han llegado aún pero que me encontrarán algún día y me daré cuenta de que ha merecido la pena esperarlos. A todos los que no van a leer esto pero que de alguna forma me ayudaron a escribirlo.
Quiero dar las gracias a la música. A esa música que siempre está en mi cabeza y que nunca me deja sola.
También quiero darle las gracias a mi ídolo. El que con unas pocas palabras te alegra el peor de los días. Él, que aún sin conocerte, te salva.
A las fotografías, los recuerdos, las llamadas, los libros y la distancia, que me recuerda que mi vida está fragmentada y algunos trocitos están en ciudades como Barcelona o Madrid.
Gracias a todo lo que me ha hecho ser cómo soy, a todo lo que da sentido a estos 17 veranos y a lo que queda por venir, que seguro que es importante.



...y que todo salga bien.

martes, 3 de septiembre de 2013

Hoy voy a escribirte.

Son casi 5 meses los que llevo sin pasar por aquí. En este tiempo me he dedicado a pensar, a esperar y a buscar de nuevo mis ganas de escribir. No he terminado de encontrarlas pero para ésta entrada tengo suficiente en lo que inspirarme.

A veces son muchos los kilómetros que te separan de las personas que quieres. Pero ese impedimento no hace que te olvides de ellos, te demuestra que son importantes porque les echas de menos. La distancia es un número, no un sentimiento.


He pesado una semana con gente a la que considero mi familia, porque la familia no es siempre la sangre. Familia son las personas que te quieren en su vida, las que se preocupan por ti, las que te ayudan. Y tengo que darles las gracias por dejarnos pasar unos días tan fantásticos con ellos.


Yolanda, eres la persona perfecta en la distancia equivocada.